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LA FAMILIA ES COMO UN EQUIPO. ENTENDER LOS ROLES FAMILIARES.

Podemos estar acostumbrados a ver y creer que cada uno de los miembros de una familia (padres e hijos) es un ser individual y que no existe una interdependencia entre ellos; que sólo en algunas ocasiones lo que le pasa a uno le afecta al otro. Pero realmente la familia es como un equipo. Cada uno desempeña su rol, sea o no consciente de cuál es. Para que las relaciones entre los miembros de la familia sean fluidas es necesario tener en cuenta varias cuestiones.

Cada uno de nosotros somos un ser humano que ha nacido con una herencia física, pero también con una herencia emocional que son únicas en el mundo. Al igual que el color de nuestros ojos o la estatura, viene dada por la combinación de los genes que se han ido transmitiendo nuestros ancestros a lo largo de generaciones, también nacemos con una “base” emocional y mental sobre la que se van a ir asentando las vivencias desde el desarrollo intrauterino hasta el momento actual.

A partir de nuestro nacimiento comenzamos a tomar referencias de nuestro entorno, especialmente de nuestros padres (porque ellos son los medios gracias a los cuales nosotros podemos continuar con nuestro desarrollo y aprendizaje) , y también del resto de las personas y vivencias con las que tenemos contacto. Esto tiene la función de ir conociendo cómo funciona este mundo y de qué manera uno puede interactuar con todo lo que hay en él.

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Nuestra adaptación a los cambios en la vida, teniendo en cuenta lo que necesitamos en cada momento, marcará el camino que tomamos al vivir y cómo lo experimentamos.

Una relación sana y fluida se establece cuando ambas partes se tienen en cuenta y llegan a acuerdos. Esto sucede cuando existe un respeto por la postura o visión de la persona con la que nos estamos relacionando y se ha dejado a un lado el ánimo de convencer “al de en frente” de que es él quien está equivocado. Si esto no está claro, nunca habrá una relación sana y sin dependencias que ocasionen dolor.

 

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¿Y qué tiene que ver todo esto con la familia como equipo? Mucho.

Recopilemos. Cada miembro de la familia es un ser único, y aunque los hijos puedan compartir algo en común con sus padres debido a los genes, no quiere decir que sean como ellos. Ni que deban serlo. Nuestros hijos no son nuestros, no nos pertenecen, no tienen que ser como nosotros digamos. Son seres únicos.

Cada uno hemos crecido con unos condicionantes que han moldeado nuestra forma de pensar y vivir, y debemos ser muy cuidadosos para estimular a nuestros hijos a experimentar responsablemente en lugar de mostrarles y tratarles de convencer que “nuestra verdad” es “la verdad” (con esta actitud podríamos cortar las alas a sueños que podrían convertirse en realidad).

Los padres necesitamos ser conscientes de que a través de nuestro ejemplo es como los hijos van a tomar referencias. Nuestra manera de expresarnos verbal y gestualmente, cómo nos relacionamos con nuestra pareja, con ellos y con el resto de las personas, la forma de reaccionar ante las cuestiones que nos presenta la vida y cómo perseguimos nuestros sueños para hacerlos realidad, son algunos ejemplos a tener en cuenta.

Nuestra función es ser padres y asumir la responsabilidad que ello conlleva. No podemos pedir a nuestros hijos que hagan y que piensen según un rol que no es el suyo. Es labor nuestra estimular, facilitar y acompañar a nuestros hijos en su desarrollo y crecimiento, para que encuentren lo que a ellos les hace felices… y hagan su camino.

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