Continuando con la comprensión de los diferentes niveles de organización del ser humano, vemos que al nivel físico le sigue el nivel energético o vital.
El paso crucial para el redescubrimiento del nivel o cuerpo vital se dio con el trabajo del biólogo Rupert Sheldrake en 1981. Por entonces se habían comenzado a explicar muchas cosas gracias a la biología molecular y el estudio del ADN, los genes, etc. Todo esto permitía conocer la química del cuerpo y cómo con los genes fabricamos proteínas para que las células y los órganos se desarrollen.
Pero como en el cuerpo no se encuentran las instrucciones para que estas proteínas se ordenen de la manera correcta y se pueda crear un órgano, las siguientes cuestiones seguían sin tener respuesta: ¿por qué con los mismos genes el cuerpo crea, por ejemplo, un hígado o un riñón en el lugar correcto? ¿cómo el cuerpo sabe la forma del órgano que tiene que regenerar cuando hay un problema?
La gran aportación de Rupert Sheldrake a la biología fue la descripción de los campos morfogenéticos, que funcionan como moldes para que las proteínas que fabrican nuestros genes adopten las formas de nuestro cuerpo.
Haciendo una comparación, los ladrillos de una casa no se juntan solos, sino que se necesita seguir unos planos para que la casa se construya. Del mismo modo, los genes fabrican proteínas o “ladrillos” que se van a ordenar para construir nuestro cuerpo según los planos proporcionados por los campos morfogenéticos.
Estos campos están en el cuerpo o nivel vital, rodeando al cuerpo físico. En el nivel o cuerpo vital también se encuentran los meridianos de energía y chakras descritos por la Medicina Tradicional China y la Medicina Ayurvédica, así como el organigrama, un circuito energético descrito por los médicos André Secondy y Claude Piró, o los campos mórficos y energética holográmica explicados por el Dr. Pierre Grospas.
Así, el cuerpo vital es una red de conexiones entre todas estas estructuras que, funcionando de una manera ordenada, permiten que la energía pueda fluir y llegar al cuerpo físico para que éste se pueda materializar. Son como “antenas” que reciben y envían información para que el cuerpo la pueda emplear.
( foto de www.motordehidrogeno.net)
