La Biocuántica es un sistema natural e inteligente para cuidar nuestra salud en todos sus aspectos (físico, energético, emocional, mental y supramental).
Es un sistema porque va más allá de la aplicación de una técnica a la persona. En general estamos acostumbrados a que otro nos dé o haga algo cuando no estamos bien. Entonces decimos que nos está curando. Esto es erróneo. La que se cura es la persona. Realmente el profesional hace algo para que el organismo vuelva a estar en una situación que le permita recuperar la salud. Ya podemos hacer lo que sea, que si la persona no asimila el tratamiento, no se recuperará. El profesional ha de ser humilde y aceptar lo que nos decía Mark Twain: “Dios cura y el médico te pasa la factura”.
Por supuesto, la Biocuántica tiene una técnica propia para tratar todos los aspectos que hemos desarrollado en los anteriores posts. Pero esta técnica se quedaría coja si no estuviera englobada en un proceso de comunicación y colaboración entre la persona y el terapeuta, que en Biocuántica recibe el nombre de “facilitador”.
Se llama así porque él ayuda, facilita, a través de las bioinformaciones que la persona solicita, a que ésta realice los progresos que necesita en ese momento en cualquier aspecto de su vida. El tratamiento es el resultado de esa colaboración, permitiendo a la persona entender qué le sucede y mejorar.
Es natural porque utiliza bioinformaciones de la naturaleza. Las bioinformaciones son patrones de flujo y de forma energéticos que existen y que tienen que ver con algo que está en la naturaleza. Los animales se sirven de ello por ejemplo, para hacer sus nidos, comer mejor… para mejorar. Estas bioinformaciones permiten que la vida se exprese en todo su esplendor tal como es.
Otras civilizaciones ya conocían y se servían de esto para construir sus templos, monumentos, sembrar sus cosechas, etc. ¿Cómo lo sabemos? Tras realizar mediciones en casi todos los lugares del mundo se ha comprobado que todos ellos están construidos en función de esos patrones de flujo y de forma, sin excepción.
Es inteligente porque es el fondo supramental de la persona, la parte que realmente sabe qué le sucede y qué necesita para avanzar, la que nos dice todo eso. Esto supone que ayudamos a la persona donde ella más lo necesita y que poco tiene que ver con lo que ella cree o piensa que necesita.
En cada sesión podemos chequear, medir numéricamente (como si fuera una analítica de sangre) y tratar multitud de cuestiones: microorganismos, intolerancias o alergias, intoxicaciones, alteraciones genéticas, funcionamiento de los órganos, carencias nutricionales, procesos emocionales, de cambio y de relación de la persona consigo misma y con el entorno. Y muchos aspectos más.
La Biocuántica nos proporciona una nueva forma de entender nuestra salud.