¿Hablas inglés, francés, alemán, chino…? ¿Te gustaría aprender más idiomas? Qué satisfactorio es poder comunicarse con otra persona que habla otra lengua, ¿verdad?
Tantos propósitos y métodos puestos en marcha para aprender a hablar otro idioma y todavía no sabemos comunicarnos con nuestro cuerpo.
Pues sí, tenemos un sistema de comunicación propio e infalible que funciona las 24 horas del día y los 365 días del año. Está siempre funcionando y actualizándose al momento. Este sofisticado sistema habla con nosotros a través de varios idiomas: los pensamientos, los sentimientos, las intuiciones y las enfermedades.
Es la manera que utiliza nuestro cuerpo para que sepamos si lo que estamos viviendo es bueno para nosotros o no. Cuando estamos haciendo lo que necesitamos y nos va bien nuestros pensamientos y sentimientos son buenos, nos sentimos a gusto con nosotros mismos y con los demás, sabemos “por intuición” muchas veces cuál es la decisión correcta, y estamos sanos. Todo va sobre ruedas.
Pero claro, a veces uno no sabe con antelación si esto o aquello será beneficioso. Veamos cómo nuestro súper – sistema inteligente nos da pistas. Primero presta atención a qué sentimiento te lleva a querer hacer eso y cómo crees que te sentirías al hacerlo. Sé sincero contigo mismo, no te juzgues ni tengas miedo. Después utiliza el pensamiento para valorar diferentes opciones, ordenarlas y tomar una decisión teniendo claro su finalidad. Ya has decidido.
¿Estás contento con la decisión? Si te chirría algo por dentro es que todavía no has dado con la tecla correcta. Toca revisar todo para que te des cuenta de lo que no has tenido en cuenta. A veces, no tener en cuenta algo significa que quizás te estás forzando a hacer algo que realmente no quieres hacer; que las formas no son como te gustaría que fueran; que estás decidiendo por miedo a algo, a alguien, a lo que piensen los demás o a lo que pienso de mí mismo si lo hago…
Y como vivir con esas “razones chungas” a cuestas va en nuestra contra, el cuerpo, la mente y los sentimientos se nos rebelan y no nos dejan en paz hasta que hacemos lo que necesitamos hacer.
Es bueno descubrir que la enfermedad es el sistema de comunicación que tiene el cuerpo para decirnos que seguimos sin arreglar y mirar de frente lo que de verdad necesitamos.
Habrá que cambiar de dieta, actividad física, pensamientos y puntos de vista, acciones, decisiones, relaciones, etc.
